Hace ya varios meses vengo publicando en este blog, algunos comentarios sobre #estrategia y #ejecución, referidos específicamente a herramientas que nos ayudan a aterrizar la visión, gestionar la estrategia y controlar los avances y el desempeño organizacional.
Existen muchas metodologías, herramientas y procedimientos que nos ayudan a diseñar la estrategia de la compañía. Herramientas como el FODA, el análisis de las 5 fuerzas de Porter, análisis PESTEL, etc., son pasos fundamentales para definir la estrategia de un nuevo negocio o de uno que, no siendo nuevo, requiere una nueva mirada hacia el futuro.
Ya que, en muchos casos (quizá la mayoría de hecho), las estrategias planteadas no son exitosas, algunos profesionales consideran que es mejor ir navegando y moviéndose según lo que las fuerzas del mercado exijan, con puro olfato. Esto sucede sobre todo en empresas medianas y pequeñas. Sin embargo, el no tener el norte claro puede tener consecuencias graves. No tener una idea de lo que se quiere lograr nos puede mantener en una zona de confort temporal, sin darnos cuenta de que la competencia nos pasará por encima pronto.
¿Recuerdan el cuento de Alicia en el País de las Maravillas? En un momento, Alicia dialoga con el Gato de Cheshire:
"- Minino de Cheshire, podrías decirme, por favor, ¿Qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
- No me importa mucho el sitio... – dijo Alicia.
- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato."
Si no planificamos, llegaremos a algún lado sin duda, pero no necesariamente donde queríamos llegar.
Planificar es un deber, pero es cierto que para algunas organizaciones la complejidad del proceso y el abultado resultado (el documento anillado que pesa 2 kg y que nadie revisa), hace que se deje de lado.
El proceso debe ser riguroso, pero el resultado debería ser simple, digerible y fácil de comunicar, analizar y controlar. Es por esto por lo que la metodología y el entregable que proporciona OGSM en una sola página (OGSM: De la visión a la Acción), es una verdadera ayuda, simple, para no perder de vista el norte.
Ahora, si bien es cierto OGSM es una metodología completa, que invita a la acción, personalmente considero que se puede complementar muy bien con sistemas que movilicen y que estén más orientados a la ejecución, sin dejar de lado la visión estratégica.
Aquí es donde entran los OKR (Bienvenidos al mundo de los OKR), un sistema que abraza la estrategia, pero que incita a la acción, a la velocidad y a la agilidad. Un sistema poderoso que alinea a la organización, le brinda transparencia pero que, sobre todo, la moviliza. El fundamento de los OKR es la agilidad y la iteración corta, por lo que, desde mi punto de vista, existe una capa superior estratégica que es vital.
Personalmente considero que integrar estas dos herramientas o sistemas (#OGSM + #OKR), genera beneficios muy grandes para las organizaciones. En conjunto, mantendrán la visión de largo plazo, los pilares sobre los que debemos actuar, pero a la vez nos invitará y hasta nos obligará a actuar, a corregir y de ser el caso, a reformular.
Se dice que la gran mayoría de estrategias fracasan no porque estuvieran mal formuladas, sino porque la ejecución es deficiente. Pero, por otro lado, contar solo con un sistema de gestión del corto plazo, nos puede llevar rápido a un lugar que no deseamos.
A pesar del mundo veloz en el que vivimos, saber hacia dónde queremos ir (tenerlo escrito y poder comunicarlo), continúa siendo clave para el desarrollo de las empresas independiente de cuál sea su tamaño. Pero si tener una estrategia bien hecha y simple es clave, ejecutarla bien es vital.
Los invito a explorar OGSM y OKR, para ayudarlos a mirar al futuro y a llegar a él.
¡Saludos!
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